Alma Editorial

Pornografía analítica

Pornografía analítica
junio 2020 Guillermina Bustos
Categoría: Dinámicas Domésticas

Guillermina Bustos artista e investigadora de arte contemporáneo latinoamericano hace un planteamiento en el anecdotario de cuarentena sobre las nuevas formas de intimidad y acercamiento físico mediado por la virtualidad, es un gran interrogante respecto a cómo a partir de esta limitación de la cercanía física se materializan las relaciones sexoafectivas en las dinámicas cotidianas. Agradecemos a Guillermina por abrir la reflexión y la mente a estas nuevas posibilidades de concepción y expresión de la sexualidad.


En esta situación he comenzado a pensar en los grados de materialización de la sexualidad en las relaciones virtuales. ¿Cuáles son los límites para definir las prácticas sexuales? y con ello ¿los límites de las relaciones sexoafectivas?

Siento que he experimentado relaciones sexuales virtuales en diferentes niveles, desde el discurso sobre los recuerdos vividos con otra persona, hasta la narración de las fantasías a realizar, físicamente o nuevamente medidas por la virtualidad.

También es algo que se ha materializado en mi deseo exhibicionista, en el cuidado de la composición premeditada de una fotografía, con sus variables de ropa, uso y disposición de los elementos; en la composición y el guión de un gif o un video; y en la secuencia de la conversación, interacción de relacionarnos sexualmente en «vivo» aunque mediados por pantallas. Y a esto se suma la fantasía de lo que vamos a provocar en los otros, y la satisfacción cuando sus reacciones coinciden con nuestra imaginación. La desprolijidad amateur pasa a segundo plano, porque se encuentra compensada por el deseo del voyeur, que aguarda ansiosamente recibir el material, quien espera inquietamente como serán activadas sus emociones de espectadora, de espectador, para poder después narrar sus sentimientos.

Junto a esas emociones que se ejecutan en el cuerpo, que nos atraviesan físicamente, experimentamos el sentimiento de confidencia y complicidad, cuando nos sentimos los únicos espectadores privilegiados; y mientras estas acciones se repiten se van especificando nuestros satisfactores, lo que nos gusta, lo que esperamos y podemos solicitar de los demás.