
María Natalia Leubro, artista colombiana nos compartió en el anecdotario de cuarentena, este texto que con humor y crítica nos cuenta una realidad que desde el confinamiento es motivo de preocupación generalizada, ¿cómo nuestros gobiernos han manejado o aprovechado la situación de la emergencia sanitaria? no es nuestra intención abrir un debate político en este espacio pero da mucho para reflexionar sobre este aspecto. Gracias a María Natalia por permitirnos tener en Alma de Casa uno de sus geniales textos en los que habla sobre la vida doméstica cotidiana.
Lentejas, frijol bola roja, cargamanto, zaragoza, arveja verde seca, garbanzos, aromatizados con perejil y cilantro, adobados con cebolla, ajo, tomate, pimienta, paprika, comino y orégano acompañan mis días en cuarentena, dan consuelo a mi alma y calman mi apetito; sin embargo hay un miedo profundo, un miedo rabioso que acompaña mis comidas, una furia que entra a manera de onda por el pabellón auditivo, se encuentra con el tímpano y una cadena de huesecillos para llegar directamente a mi corazón.
Esa rabia tiene nombre, tiene tapa y tiene caucho, esa rabia se llama olla express. Cada vez que muevo la válvula y bajo la temperatura empieza a pitarme a grito herido:
¡En Bogotá, en Cali, en Barrancabermeja, en Cartagena se siente el desespero y el hambre!
¡La única respuesta es represión!
¡No hay apoyo para los empresarios pequeños y menos para los medianos!
¡CRÉDITOS, Créditos, Créditos es lo que hay!
¡Nueve billones para los bancos, para los bancos, PARA LOS BANCOS!
¡El fiscal Barbosa sigue haciéndose el pendejo!
Y así sigue pitando con furia, mi olla tiene razón, es una olla que arde, una olla a portas de la explosión.