Texto Curatorial
Aurora Domínguez (Alicante, España) nos reúne en un brillante picnic entre flores y frutas que se irán marchitando, como el té que se oxida en una taza, evocando al placer de los sentidos enceguecidos. Glenda León (La Habana/Madrid) recoge esas flores para evocar una dicha tan elemental como la respiración y el reposo, para hacernos presenciar un nacimiento. Pepe Valle (El Salvador/CDMX) traduce ese nacimiento a los placeres de la infancia, a los cuidados familiares encarnados por dos bebés de colibríes urbanos y su madre. Jeannette Betancourt (Puerto Rico/CDMX) se nutre de la metáfora ornitológica para deleitarse en los placeres domésticos del aseo, de la música, de las texturas superpuestas del hogar y los recuerdos.
Vincent Voillat (Paris) nos arrebata de dicha intimidad para mostrarnos solamente un suelo aséptico donde diversas formas, de tinte arqueológico y mineral, se recuestan para ser recorridas con curiosidad clínica. Alejandra Aragón (El Paso/Ciudad Juárez) abandona esa rigidez pétrea y retoma a la suavidad textil de las sombras, de la naturaleza, del aire, de los amantes que se encuentran en duración breve, de estabilidad dudosa, y como cada uno de los anteriores, nos recuerda ese deleite constantemente amenazado por la intermitencia interna, ineludible.
Iván Buenader
